Ahora… la Pediatrí­a

El corral de Osakidetza sigue en la penumbra y el abandono. Demasiados gallos que lo desgobiernan, como nunca antes se había hecho, y demasiadas gallitos que como pretendidos gallos -que no son- están malgobernando a sus polluelos. Entre todos se saltan las reglas básicas de funcionamiento del gallinero y aquí cada vez huele peor. Mientras tanto, los polluelos, estamos soportando picotazos de gallos, gallitos y gallinas: atropello a los trabajadores del PAC, cierre de algunos centros, modificación de prescripciones en la Historia clínica, anarquía en las contrataciones, creación de Comarcas Unificadas, …. Uno más de los temas que asoma en el horizonte es el de la Pediatría Extrahospitalaria. La Pediatría ha sido una de las primeras especialidades en sufrir la escasez de profesionales, especialmente en el sector extrahospitalario; por ello, desde hace un tiempo, médicos de familia formados para esta labor, se vienen haciendo cargo de parte de la atención pediátrica, y lo hacen con dignidad y dedicación. No es la mejor situación, por supuesto, pero es imprescindible para mantener los cupos pediátricos en dimensiones aceptables en tanto no se incorporen más pediatras al sistema sanitario. Declaraciones y contradeclaraciones en prensa, afirmaciones y desmentidos sobre el trabajo de estos médicos, no benefician a nadie; más bien nos perjudican a todos.

Nos enteramos -una vez más por la prensa- de posibles planes de reforma para la atención pediátrica extrahospitalaria, en concreto la posible concentración de Pediatras en menos puntos de atención y la transformación del Pediatra en «consultor» (¿es posible que la eliminación de Pediatría los sábados pueda ser utilizado como un paso en ese camino?).

Ya sabemos cómo está actuando Osakidetza hasta la fecha; con ordeno y mando, y a veces con trampas y triquiñuelas (hay Pediatras ocupando de facto una plaza vacante, con nombramiento eventual de acúmulo de tareas, contrato éste que se utiliza perversamente para eludir el pago por TIS) y, por supuesto, con absoluta falta de negociación en los foros de representación, en la Mesa Sectorial. A Osakidetza no le interesa negociar; tiene poco o nada que ofrecer, es época de penuria presupuestaria, pero quieren mantener (o hasta incrementar) los servicios, pues hay que conseguir renta política a toda costa, pero lo quieren hacer a nuestra costa. Con estos antecedentes, no podemos por menos que estar preocupados y alerta.

En el Sindicato Médico somos conscientes que la situación en que se encuentra la Pediatría no se puede sostener indefinidamente, pero la solución no puede estar en quitar al Pediatra la asistencia directa del niño. Para mejorar la situación habrá que habilitar reformas que vayan en la línea de hacer atractiva la Pediatría Extrahospitalaria para futuros especialistas y, mientras tanto, también para los médicos de familia implicados en ésta actividad. Son los propios pediatras quienes mejor pueden opinar sobre las líneas de acción que se necesitan, pero sin caer en la trampa de una negociación fragmentada y particularizada, que puede perjudicar gravemente a otros grupos médicos y, en ocasiones, hasta a los propios negociadores. En cualquier acuerdo a que se llegue hay que tener en cuenta la los médicos de familia que hacen pediatría, que están posibilitando mantener vivas un buen número de las plazas pediátricas, plazas cuya creación ha sido largamente demandada y esperada.�