Se aproxima el fin de año y nada parece moverse en Osakidetza. Calma chicha –entiéndase- en nuestras amputadas condiciones laborales y retributivas. No así en lo referente a medidas destinadas al altavoz mediático, territorio éste en el que nuestros jerarcas, de todos los niveles, se muestran notablemente activos y eficaces. Resulta paradójico que Osakidetza/Publicidad cuente con la colaboración desinteresada de muchos facultativos y, al mismo tiempo Osakidetza/Empresa nos aprieta sin miramientos.
Osakidetza describe un paisaje idílico al mejor servicio del ciudadano, mientras hospitales y centros de salud son factorías a destajo que justamente llegan a solventar la demanda diaria, y eso gracias a la buena voluntad de los sanitarios. Nos conviene hacer un pequeño recordatorio para saber dónde estamos:
- La Carrera Profesional está hibernada desde 2012
- Los salarios siguen congelados tras la bajada de 2010 (el IPC del periodo 2010-2015 ha sido del 10,5%)
- Siguen eliminados los días “canosos” a pesar de que “Madrid” ya no les obliga.
- Las sustituciones están bajo mínimos. “Ampli-agenda” y “Ampli-horario” en Atención Primaria son un recuerdo lejano.
- Las aportaciones al fondo de pensiones (Itzarri) siguen congeladas.
- Siguen castigándonos en el sueldo cuando estamos enfermos.
- Continúan haciendo muchos contratos eventuales mientras existen numerosas plazas estructurales vacías.
- Seguimos sin retornar a las 35 horas semanales.