De Guatemala a Guatepeor. Sobre la nueva directiva europea

Era un límite con una buena parte de incumplimiento, pero era un límite al menos. No les bastaba y amenazan con echarlo por tierra si todos nos quedamos quietos.
La noticia está en la prensa general de todo el continente: El Consejo Europeo de Ministros de Empleo, Sanidad y Consumo y Trabajo, ha aprobado una serie de modificaciones a las Directiva Comunitaria de Tiempos Máximos de Trabajo.

Esta modificaciones son, en esencia, dos; la primera, un aumento del tiempo máximo de trabajo, que pasa de 48 a 60 horas semanales (65 para los médicos); la segunda, la introducción del nefasto concepto de «tiempo inactivo» (dirigido, esencialmente, contra los médicos) por el que los tiempo de espera durante las guardias no serán tiempos de trabajo.

Estas modificaciones venían fraguándose desde hace varios años, con el impulso de Alemania y el Reino Unido, entre otros, pero existía una minoría de bloqueo suficiente, formada por España, Francia, Italia y Portugal. En esta ocasión, Francia e Italia han modificado su postura y la minoría de bloqueo se ha disuelto.
La iniciativa pasa ahora al Parlamento Europeo, donde deberá votarse en un máximo de seis meses para convertirse en una disposición legal firme.

La apuesta es de nivel europeo y la oposición, en el caso de que logre articularse con eficacia, también tendrá un carácter continental. Varios países, entre ellos España, se oponen a la aprobación parlamentaria de esta medida que cuenta, además, con la oposición cerrada del conjunto de los sindicatos europeos.
En lo que respecta a los médicos, y puesto que nuestra profesión está especialmente implicada en esta desafortunada disposición legal, se está gestando una posible «eurohuelga de médicos» que podría ser convocada en otoño por la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS) y el Comité Permanente de Médicos de la Unión Europea (CPME)