Demandas contra la Carrera Profesional: un rí­o de obstáculos

Demandas contra la Carrera Profesional: un río de obstáculos

Cuando encargamos la tramitación de un pleito, tendemos a pensar que el problema entra en vías, que, tarde o temprano, darán una resolución imparcial al litigio: Todo pasa al Juzgado y serán los Abogados quienes afrontarán los problemas según su leal saber y entender.

Este presupuesto falla de base cuando se pleitea contra la Administración Pública (en este caso contra Osakidetza) pues ésta actúa desde una posición de privilegio, mucho más cómoda que la de cualquier litigante particular. Este principio de favor de la Justicia hacia la Administración se justifica en la teoría jurídica, porque la Administración pleitea -supuestamente- para garantizar el bien común y se le supone siempre, respeto estricto a los principios constitucionales. En una palabra, se parte de la base de que la Administración es una hada madrina inocente y los médicos pleiteantes unos golfos contumaces.

Cualquiera puede ver que este presupuesto de una administración angelical, ya de por sí discutible, hace aguas por los cuatro costados cuando Osakidetza pleitea con sus trabajadores. Entonces, la Administración es un empresario más, es la patronal que negocia con los trabajadores.

Este es, ni más ni menos, el panorama actual en las más de 300 reclamaciones contra Osakidetza sobre la Carrera Profesional y los desafueros que ha perpetrado. Los servicios jurídicos de nuestro empresario Osakidetza han diseñado una estrategia dilatoria cuyo primer paso es oponerse a que las demandas se vean en los juzgados de cada provincia y acumularlos todos en Vitoria. El segundo será (lo veremos en su momento) solicitar la acumulación de todos los casos en un único juicio, pese a que muchos de ellos son totalmente diferentes entre sí.

Os preguntaréis cuál es la razón: pues no es otra que retrasar y retrasar al máximo; complicar las demandas en un bosque judicial previo; incrementar los costes; alargar los plazos; evitar que varios Magistrados vean los casos uno por uno y dificultar por tanto, sentencias ajustadas e individualmente valoradas; colocar todo el peso de la decisión judicial en un  Juez único, que pueda tener «vértigo» a la hora de tomar una decisión de gran magnitud…….. en una palabra, influir, desmoralizar, disuadir. Es una lucha de David contra Goliat, pero, no perderemos la esperanza: fue David el ganador.

Tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa, los Abogados del Sindicato Médico se van a oponer a que las demandas de Carrera les sean hurtadas al juez natural, y, pase lo que pase, con la venia, nos veremos en los Juzgados, señores de Osakidetza.