EL Parlamento Europeo ha votado con sentido común

No se puede afirmar otra cosa. Con amplia mayoría, los diputados europeos se han opuesto a las reformas planteadas por la Comisión, esas reformas que suponían un retroceso impresionante para las condiciones de trabajo, de todos los asalariados, pero de los médicos en especial. Recordemos: Se trataba de posibilitar que la jornada máxima subiera a 65 horas, de introducir el perverso concepto de guardia inactiva y de suprimir el derecho al descanso inmediato después de 24 horas ininterrumpidas de trabajo. Las presiones han sido inmensas y larguísimas. En lo que respecta a  los médicos, todas las organizaciones, desde sindicatos médicos hasta estudiantes de medicina, pasando por colegios y sociedades científicas, hemos empujado en la misma dirección, y los resultados han merecido la pena.

A partir de este momento, sea abren tres meses de negociaciones para que la Comisión y el Parlamento puedan llegar a un texto de consenso enmendado; de lo contrario, la iniciativa decaerá definitivamente.

El peligro, sin embargo, no ha desaparecido, tres gobiernos muy importantes (Francia, Gran Bretaña y Alemania,) siguen empeñados en este asunto. Esperemos que fracasen de nuevo.