Los trabajadores de Urgencias Extrahospitalarias de Bizkaia (PAC) han convocado 12 días de huelga intermitente durante los meses de Noviembre y Diciembre. La huelga se limita, de momento, a Bizkaia, habiéndose tomado esta decisión tras realizar una consulta a los trabajadores del servicio. En la consulta (con voto secreto) participó el 77,4% de la plantilla y se pronunció por la huelga un 67,4% de los votantes. Esto da idea del nivel de hartazgo de los trabajadores. La huelga está apoyada por todos los sindicatos con representación en Atención Primaria de Bizkaia: SATSE, SME, ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK.
Osakidetza se está ganando a pulso la oposición y el rechazo de los facultativos y de todos sus trabajadores; el descontento crece mes tras mes, en pqarticular allí donde directivos y gerentes, con vocación de dictador (cada vez hay más) campan a sus anchas en un sistema que lleva camino de desreglarse muy por encima de lo razonable . Llevamos tiempo denunciando que esta Dirección General deja pudrirse los problemas laborales; no es desidia, creemos, es una táctica; cuando, finalmente, Osakidetza hace algo, entra como elefante en cacharrería, es decir, empujando, con prepotencia y despotismo.
Ocultar hasta donde sea posible y esgrimir el «ordeno y mando» se han convertido en señas de identidad de nuestros gestores. Si, finalmente, no hay más remedio que abordar una negociación (cuando ya no le queda salida), Osakidetza la retuerce, dispersa y fragmenta, hasta volverla irreconocible, de manera que los interlocutores pierdan el sentido de la orientación. Su credibilidad está por los suelos ……. Menudean los ejemplos, empezando por este conflicto de urgencias, una pseudonegociación serpenteante, perfecta muestra de lo que decimos, y siguiendo por la Organización Asistencial Unificada del Bidasoa, paradigma de ocultamiento y desprecio hacia la representación sindical.
La huelga de Urgencias ha salida a la prensa de Bizkaia y ya podemos leer las primeras descalificaciones por parte del Director General de Osakidetza, que tacha a los trabajadores, poco menos que de filibusteros y casi les echa la culpa del paro y la crisis; típica salida de quien no tiene razones de peso que exponer, para justificar una reforma de urgencias unilateral y chapucera. Toda la urgencia de Osakidetza en su conjunto (la de la calle y la hospitalaria), necesita una remodelación, Sr. Director General; pero precisa de una reforma coherente que, además de cubrir la demanda, frene la «deserción» masiva del personal sanitario (singularmente de los médicos) que sufren estos servicios. Osakidetza se había comprometido a ello en otros tiempos, pero usted lo ha olvidado.
