Osakidetza anula la citación mediante contestadores automáticos y restablece la atención telefónica personal en Consultorios y Centros de Salud

Han hecho falta millones de llamadas frustradas y miles de horas de inútil y desesperante pelea con impersonales voces metálicas, para que nuestra burocracia sanitaria advierta lo que, desde mucho tiempo antes, sabí­amos quienes trabajamos en la red extrahospitalaria, a pie de público.

Desde muy temprano fue evidente “y muchos lo anunciamos entonces- que buena parte de la población que atendemos todos los días, pasaba de estrellarse contra el parloteo de los contestadores y acudía directamente a los Centros de Salud para coger su citación. Como al mismo tiempo redujeron personal de atención al público en beneficio de las máquinas, no se hicieron esperar las consecuencias: las veí­amos todos los dí­as; colas y más colas, como en los olvidados tiempos del racionamiento.

 

Mucho se ha tardado en rectificar. Claro que ya comprendemos que este retraso estará más que bien justificado; pues echar atrás una medida impecablemente técnica, moderna y progresista, para retomar la caduca y atrasada mano de obra humana, tiene que resultar decepcionante. Del dinero inútilmente invertido, mejor no hablar. ¡Pelillos a la mar!

Por mucho que lo quieran ocultar, es un crudo revés y un baño de realismo para la cruzada tecno-informática que inició, el anterior Consejero Rafael Bengoa; el que aspiraba a sustituir personas por máquinas y cambiar contacto personal por ondas electromagnéticas. En aquel tiempo de optimismo desaforado, no se quiso escuchar que la Medicina y la Sanidad en general, son algo más “mucho más- que ciencia, técnica y economía.