Sobre las diferencias salariales tras el Acuerdo Osakidetza-SME

En medio de la marejada, sigue adelante el Acuerdo que el Sindicato Médico ha suscrito con Osakidetza. Este acuerdo (no nos cansaremos de repetirlo) es un paso importante hacia dos objetivos largamente reclamados por el conjunto de los médicos: El primero de ellos que, con independencia de los recorridos administrativos precisos (Mesa Sectorial) las condiciones de los facultativos sean negociadas y pactadas por las organizaciones médicas; el segundo, que la consideración laboral y retributiva del facultativo en el Servicio de Salud inicie un cambio de rumbo para recuperar niveles en consonancia con nuestro papel -central- en la «producción» de servicios sanitarios. Que el acuerdo es importante viene a demostrarlo la propia marejada existente, pues basta leer y escuchar las noticias de prensa y los comunicados escritos, para apreciar que los más atacados son, precisamente, los dos elementos que hemos mencionado.

El abanico salarial de Osakidetza, para algunos sindicatos, es inamovible. Cualquier modificación se trata como un insulto a la dignidad de los demás estamentos. Nada más lejos de la realidad, porque las cifras cantan:

Relación entre los diferentes salarios
Sin Exclusiva
Con Exclusiva
Grupo A (Facultativos)
100
100
Grupo B (ATS)
74,6
58
Grupo C (Administrativos,Técnicos)
63
49
Grupo D (Auxiliares, celadores)
58,5
45,5
Grupo E (Op. De Servicios)
51
39,5

 

No parece que este abanico salarial establezca «diferencias abusivas y abismales» como algunos sindicatos se empeñan en afirmar, ni que justifique que a los médicos se nos esté acusando poco menos que de salteadores. Está bien que cada estamento se preocupe por su salario; no seremos los médicos quienes digamos lo que otros merecen y es justo que reciban, pero tampoco admitiremos que nadie nos imponga el nuestro.

Que los médicos queremos negociar lo que interesa a los médicos: Parece obvio. Hay sindicatos profesionales, que representan a otros estamentos, y que quieren lo mismo. Otros sindicatos, que presumen de representar a «todos los trabajadores» han dejado en el olvido a los médicos a la hora de la verdad, y cuando ha sido preciso sacrificar demandas para llegar a un acuerdo con la empresa, no han dudado en cuáles elegir.