En estos últimos dos meses, 834 Médicos de Familia y Pediatras de AP, de 85 Consultorios y Centros de Salud de las tres provincias, han estampado sus firmas en la campaña de protesta que han organizado conjuntamente, el Sindicato Médico de Euskadi (SME), la Asociación Vasca de Pediatría de Atención Primaria (AVPAP) y la Asamblea de Médicos de AP de Gipuzkoa. Como sabéis, las firmas se emitían en apoyo a sendas cartas (dirigidas a la Dirección General de Osakidetza) mostrando el desacuerdo con la aplicación del Programa SUPRE y con la restricciones en la política de sustituciones derivada de la supresión de la Instrucción 1/2008
En fecha 27 de Junio, las cartas y las 834 firmas han sido remitidas al Director General de Osakidetza, como responsable del Servicio de Salud. Copia de esas cartas se han enviado, también, al Consejero de Sanidad.
El 29 de Junio, hemos emitido una Nota de Prensa a todos los medios.
SOBRE EL PROGRAMA SUPRE
Huelga decir que, en todo este tiempo, el Departamento de Sanidad y la Dirección General de Osakidetza han ignorado totalmente las múltiples críticas que han recibido, tanto de los médicos individuales como de diversas organizaciones profesionales y sindicales.
En la carta enviada, desgranamos, desde nuestra perspectiva de médicos de la primera línea asistencial, los fallos de este proyecto SUPRE. Criticamos, igualmente, las formas y maneras de su puesta en marcha, que se está realizando de forma precipitada y comprimiendo excesivamente los plazos, lo que hace sospechar que las razones de esta prisa más parecen ligadas directamente a necesidades de marketing.
La puesta en funcionamiento del programa SUPRE es un ejemplo ilustrativo, pero no el único, de la política laboral y organizativa que caracteriza a esta administración sanitaria. Es una política de grandes proyectos, de modificaciones en la organización del trabajo sanitario que se quieren hacer a toda prisa, olvidando que los cambios profundos necesitan tiempo. Más allá de su mayor o menor acierto y conveniencia, las decisiones que afectan a la labor del médico en su consulta, se toman siempre desde la burocracia de los despachos, sin negociación ni participación de los Médicos de Familia y Pediatras de Atención Primaria; en una palabra, sin que quienes estamos a pie de obra y conocemos el medio, podamos opinar sobre los cambios que deberemos afrontar (padecer muchas veces) diariamente. Particularmente paradójica resulta esta situación cuando fue precisamente el Consejero Rafael Bengoa, quien inició su andadura al frente del Departamento de Sanidad, proclamando la necesidad de contar con los profesionales sanitarios en general y con los médicos en particular si se aspiraba a construir una sanidad sostenible y de calidad. Lo sigue diciendo hasta hoy mismo; pero ya se puede apreciar que, como dice el refrán, «de los dichos a los hechos hay un buen trecho».
LAS SUSTITUCIONES SON LA BASE DE UNA AGENDA DE CALIDAD
Hace más de cuatro años, Osakidetza adquirió el compromiso de sustituir íntegramente a todos los médicos de Atención Primaria en sus ausencias, de forma que las consultas de Ambulatorios y Centros de Salud estuvieran siempre cubiertas. En este sentido, en el año 2008, se emitió la correspondiente Instrucción (1/2008) disponiendo las diferentes formas de asegurar las sustituciones y la continuidad de las consultas, tanto de médicos de familia como de pediatras.
Desde comienzos de Mayo, Osakidetza ha dejado de asegurar las sustituciones del médico ausente, invocando para ello motivos formales, si bien, evidentemente, las verdaderas razones se encuentran en la coyuntura económica, de todos conocida. Estamos, en suma, ante un recorte sanitario más, que nuestros dirigentes sanitarios pretenden esconder pese a que tendrá en las consultas médicas, una repercusión mucho mayor de la que pudiera parecer a primera vista.
En efecto, esta necesidad de cubrir las ausencias no obedece a simples razones de organización laboral, sino que busca influir de lleno en el núcleo del trabajo en Atención Primaria: al tiempo que A cada enfermo se le puede dedicar cuando viene a la consulta de atención primaria y, por lo tanto, a la calidad de la misma.
Sólo hace falta recurrir al sentido común para darse cuenta de que no es lo mismo una sala de espera con 40 ó 50 pacientes que otra con 25 ó 30. De forma ineludible, el tiempo que el médico de AP, podrá dedicar a cada paciente, será mucho menor en el primer caso que en el segundo; en Atención Primaria, el tiempo y la palabra son las herramientas de trabajo por excelencia.
Disponer de 10 minutos por consulta y asegurar las sustituciones del médico ausente, son presupuestos imprescindibles para garantizar una «agenda de calidad» es decir, una carga de consulta diaria que permita un trato digno a cada paciente.
í¿Alguien admitiría que se exigiese a los cirujanos operar con más velocidad o al cardiólogo acelerar sus exploraciones por el simple hecho de que sus compañeros están de vacaciones y la gerencia pretende sacar adelante doble trabajo en el mismo tiempo? í¿Defendería públicamente Osakidetza que las listas de espera se deben solucionar trabajando más aprisa y descuidando la calidad de la atención sanitaria que se presta? Seguro que no. Ciertamente, a nadie se le ocurriría hacer eso en un hospital.
Pero sí que lo hace Osakidetza -y sin pudor- en la consulta de Atención Primaria. Con las restricciones a la sustitución del médico de familia y del pediatra, y cargando las otras consultas con los pacientes desatendidos, Osakidetza está haciendo exactamente eso, meter presión y prisa a la consulta diaria, para que en el mismo tiempo se vean muchos más pacientes. Esta situación se torna especialmente sangrante en las consultas de Pediatría, pues en este sector, es moneda corriente que un solo pediatra, deba atender a su población y además, al cupo completo del compañero que se encuentre de vacaciones o ausente por cualquier otro motivo
Con el apoyo y la firma de 800 Médicos de Familia y Pediatras advertimos a los mandos de Osakidetza, que la situación ocasionará sin ninguna duda, problemas crónicos de asistencia en las consultas de atención primaria, en forma de listas de espera, malestar en los usuarios y, muy probablemente, una sobrecarga de las urgencias, tanto las ambulatorias como las hospitalarias.
Con el apoyo y la firma de 800 Médicos de AP le decimos a Osakidetza que queremos trabajar en condiciones dignas, que queremos caminar hacia una Agenda de Calidad.