
Opiniones
Cierre de las Urgencias Pediátricas del Hospital de Bidasoa: llueve sobre mojado
Osakidetza cierra las Urgencias Pediátricas del Hospital de Bidasoa a partir del día 1 de mayo

Osakidetza confirma, mediante una nota de prensa, que desde esa fecha no habrá pediatras en Urgencias, que sí los habrá en el PAC y que se ampliará en dos horas al día el horario de las consultas de pediatría en los tres centros de salud de la OSI. Osakidetza asegura que «los cambios se han consensuado con los profesionales, están basados en datos y su objetivo es prestar un mejor servicio».
La nota de prensa remitida desde Osakidetza no refleja en absoluto la realidad de la situación.
En primer lugar, se vende como ampliación del horario de atención a la urgencia pediátrica en centros de salud y PAC, cuando la realidad es que se cierra el servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital de Bidasoa y que en los PAC a día de hoy, no hay pediatra. La atención urgente pediátrica será remitida al Hospital Donostia, que ya asume pacientes pediátricos de Irún por la falta de cobertura en algunos centros de salud como por ejemplo en Irún Centro donde hay días en los que no hay ningún pediatra. Ante todo esto nos preguntamos: ¿cuál es la mejora en la atención urgente pediátrica en esta OSI?
En segundo lugar, según la nota de prensa, «los cambios se han consensuado con los profesionales», lo cual no es cierto. Las y los profesionales de Urgencias Generales se han enterado mediante esta nota del cierre del servicio de Urgencias de Pediatría del hospital, sin haber recibido por parte de la Dirección, a día de hoy, ninguna notificación oficial, ningún protocolo y ninguna guía de actuación en la asistencia de la Urgencia del Niño Grave.
Hay que tener en cuenta que, en esta situación, si llega un niño grave al Hospital de Bidasoa, será atendido inicialmente por el personal de Urgencias Generales, al que se le añade una sobrecarga asistencial a la presión que ya sufre. Además, esta atención extra interfiere en el desarrollo adecuado de su trabajo impidiéndole atender de forma adecuada por el excesivo número de pacientes que tiene y que supera ampliamente su capacidad de trabajo.
Durante la pandemia COVID se vivió una situación similar cuando unilateralmente se decidió cerrar las urgencias de pediatría sin ningún criterio técnico. Entonces también se vendió la idea de que iba a mejorar la atención pediátrica y se generó un conflicto entre las y los profesionales de Urgencias y la Dirección del centro. Tras ello, el servicio de Urgencias pediátricas del Hospital de Bidasoa reabrió el día 26 de abril de 2020.
El personal facultativo de Urgencias Generales del Hospital de Bidasoa está agotado, harto y con un grado de malestar muy elevado. Hace meses se presentaron los resultados de la encuesta de riesgos psicosociales del servicio de Urgencias con datos verdaderamente preocupantes, lo cual ha hecho que sea necesaria una atención psicológica grupal para estos/estas profesionales. A esta situación hay que añadir ahora el estrés generado por la posibilidad de tener que atender una urgencia/emergencia pediátrica.
Los y las profesionales sienten que no son respetados, porque no se les ha consultado, ni se les ha tenido en cuenta a la hora de tomar esta decisión y, lo que es aún más grave, se han enterado de todo por la prensa. Son conscientes de ser víctimas de la mala gestión de Osakidetza.
La dirección de la OSI Bidasoa parece incapaz de gestionar lo que tiene entre manos, ya que la improvisación con la que acostumbra a actuar ha provocado esta caótica situación.
Todo esto ha motivado que el servicio de urgencias haya solicitado un documento por escrito en el que se detalle la atención del paciente pediátrico en la OSI en todos los horarios y circunstancias, así como la cobertura legal y responsabilidades derivadas de todo ello.
En esta situación de descontento, con una evidente falta de facultativos/as y con una situación de sobrecarga asistencial que está deteriorando gravemente el funcionamiento de la sanidad pública, en vez de resolver los problemas que sufre el sistema y retener y atraer el talento médico, la Administración sigue arbitrando soluciones cortoplacistas para ir saliendo del paso.