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Desigualdad de género en las profesiones sanitarias: diagnóstico y desafíos
En 2025, la desigualdad estructural de género sigue siendo una realidad en el ámbito sanitario

A pesar del reconocimiento de los derechos de las mujeres y la implementación de políticas para fomentar la equidad, estos avances no han garantizado automáticamente la igualdad de acceso a puestos de responsabilidad ni la equiparación salarial con sus colegas varones.
Las mujeres representan la mayoría en muchas profesiones sanitarias, incluidas la medicina y otras disciplinas asistenciales. Sin embargo, su presencia en cargos de liderazgo sigue siendo significativamente inferior. Esta brecha responde a múltiples factores estructurales y sociolaborales que obstaculizan su desarrollo profesional y repercuten directamente en sus ingresos, perpetuando la brecha salarial de género.
Uno de los principales factores que contribuyen a esta desigualdad es la distribución inequitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidados. Según la Encuesta de Salud de la Comunidad Autónoma del País Vasco de 2023, estas tareas siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres, limitando su disponibilidad para dedicarse plenamente a su actividad profesional. Esta sobrecarga influye en decisiones laborales como la menor postulación a puestos de jefatura, la adopción de reducciones de jornada o la solicitud de excedencias.
Además, las facultativas enfrentan mayores dificultades para acceder a oportunidades de formación continua, investigación y producción científica, aspectos clave para la promoción y el avance en la carrera profesional. La falta de equidad en estos ámbitos no solo reduce sus posibilidades de desarrollo, sino que refuerza la segregación vertical dentro del sector sanitario. Como consecuencia, según datos del I Plan de Igualdad de Osakidetza (2021), las trabajadoras sanitarias perciben, en promedio, un 11% menos de salario que sus compañeros varones en la misma categoría profesional.
Ante este panorama, la próxima publicación del II Plan de Igualdad de Osakidetza representa una oportunidad estratégica para implementar medidas efectivas que corrijan estas desigualdades. Desde el Sindicato Médico de Euskadi, reafirmamos nuestro compromiso con la equidad de género y seguiremos reivindicando condiciones laborales justas, así como la eliminación de las barreras que limitan el desarrollo profesional de todas las profesionales sanitarias.