Nadie puede tener patente de corso para acceder a un puesto de trabajo público

2017-05-18 12:30:12  smedico

Si algo caracteriza un sistema público es, precisamente esto último, su carácter no privado. Lo público no tiene propietario, o lo que es lo mismo, sus propietarios somos todos. Los políticos designan a los directivos; los directivos gobiernan el sistema y los jefes dirigen los servicios; pero ni políticos, ni directivos ni jefes son dueños del sistema. De ahí la importancia de los principios que deben regir el funcionamiento de lo colectivo: Igualdad, Mérito, Capacidad y Transparencia.

Osakidetza, sistema público, el mayor suministrador de empleo de Euskadi, debe funcionar con reglas abiertas y transparentes. Es su obligación y también es lo que conviene al bien común, pues la falta de respeto a las reglas conduce  al saqueo de lo público, al favoritismo, a la corrupción en suma.

Nadie puede exhibir patente de corso para decidir quién, cómo, dónde y cuándo, accede a un puesto de trabajo público; para diferenciar quién dispondrá de información privilegiada en una OPE o deberá competir a pecho descubierto. Pretendidas intenciones de  “mejorar la eficiencia del servicio,  o el supuesto “ojo clínico” que se atribuyen ciertas jefaturas para descubrir y reclutar al candidato idóneo, nunca  pueden ser coartada para ignorar o forzar las reglas de juego. Se ha hecho (y se sigue haciendo) demasiadas veces, con la permisividad cómplice de directivos que miran para otro lado y olvidan su deber de vigilancia. Felizmente, parece que  empiezan a circular aires más severos con las prácticas corsarias. Esperemos que sirvan como aviso a navegantes.