2018-02-22 11:37:30 smedico
También se sabe que el trabajo sindical se dedica ante todo a lo laboral, pero que aislado no basta; es necesario que Osakidetza perciba malestar entre los trabajadores –los Médicos de Familia en este caso-.Nuestro llamamiento (junto con otros sindicatos) a la movilización y la huelga hace no mucho tiempo, buscó canalizar ese descontento. La respuesta no fue brillante ¿Quizás fue prematuro?
Desde hace ya varios meses, médicos de Atención Primaria (AP) ya no pueden más y se están organizando en el colectivo conocido como Lehen Arreta Arnasberritzen (LAA). Reivindican, sobre todo, unas condiciones organizativas dignas ya que las actuales ahogan la actividad clínica de la Medicina de Familia, convirtiéndola en una especia de secretaría administrativa del sistema, a la que todo cabe cargarle. Recuperar en suma, un papel vertebral en la asistencia sanitaria y un valor social que nunca debieron perderse. Los ya lejanos (que no obsoletos) principios de Alma Ata. Pero todo esto necesita una traducción laboral; y muy importante hay que añadir. Hay pues que llevar las ideas al barro de la realidad, de las limitaciones, de las resistencias.
Este movimiento, sin duda, ayudará a que todo mejore. En muchos aspectos, sobre todo en propuestas organizativas para AP, su papel es esencial. Pero hay otros aspectos que entran de lleno en las condiciones laborales, y aquí, los sindicatos –y el Sindicato Médico en lo que se refiere a nuestra profesión- tienen experiencia y posibilidades legales para que, con una fuerza de presión organizada como lo es LAA, podamos tener éxito para una mejora de las condiciones organizativas y laborales para todos.
Esta situación no es nueva, la experiencia es un grado. Algunos todavía recordamos las movilizaciones de la AP de 2006-2007, con un foro, que junto con los sindicatos –y el Sindicato Médico en particular-, logramos un buen acuerdo de condiciones laborales en Osakidetza; el mejor hasta la fecha, donde, por mor de las movilizaciones y la colaboración, se arrancaron avances para el conjunto de los médicos de Osakidetza.
En lo que respecta a la AP eran impensables hasta entonces:
- Cupos máximos de 1500 y 800 TIS respectivamente para MF y Pediatría.
- Sistema URCT para “sancionar” a Osakidetza por el exceso de cupo
- Sustitución integral de las ausencias.
- Diez minutos por consulta.
- Garantía de un salario adecuado para las plazas rurales con cupos pequeños y dispersos. Nunca inferior al del adjunto hospitalario
- Ampli-agenda y ampli-horario cuando la sustitución no fuese posible o el exceso de demanda lo pidiese
- Creación de más de 50 nuevas plazas de MF.
- Creación de un Foro de AP
Estas condiciones fueron vapuleadas desde los dos extremos. Era un robo descarado para otros sindicatos y una miseria despreciable para algunos colegas. Bien quisiéramos recuperarlas ahora.
Pero los años han pasado, la crisis y los recortes nos han martilleado. De nuevo hay mucho por hacer. Médicos y pacientes somos el centro sobre el que pivota todo el sistema, sin los unos o los otros este barco no podría navegar. Seamos conscientes del valor que tenemos. Los médicos debemos colaborar entre nosotros, es más que necesario. Pero colaborar implica pacto, y para pactar todos tenemos que ceder y encontrar espacios comunes. Aislados daremos bazas a quienes son los responsables de la indeseable situación actual.