Primeros resultados de la Carrera Profesional
Esta Carrera Profesional, la varita mágica, la niña de los ojos para Osakidetza y el departamento de Sanidad, el invento que iba a devolver el entusiasmo a los desmotivados médicos. está produciendo, justamente, el efecto contrario.
El proceso evaluador ha sido una chapuza infumable. Se han usado absurdas herramientas de medir; cintas métricas que nada medían y se han valorado tiempos de servicio (los tres últimos años) que nada tienen que ver con toda una trayectoria profesional. Se ha usado la misma regla para todos, Hospitales, AP, Salud Mental, Cupo y Zona …. una igualdad absurda que ha derivado en total injusticia, como han podido comprobar los de Atención Primaria y los Médicos Especialistas de Cupo y Zona.
Y con todo, con ser muy importante, no ha sido esto lo más grave. Lo peor, lo que constituye una irresponsabilidad mayúscula, de juzgado de guardia, ha sido permitir, propiciar incluso, una evaluación con tal carencia de objetividad, con tantas posibilidades de manipulación, con tal indefensión, que ha permitido que afloren los peores instintos en algunos jefes evaluadores. Muchos médicos han resultado sistemáticamente minusvalorados, unas veces por aplicación buscadamente rígida de unos criterios absurdos; otras porque no se han querido tener en cuenta las condiciones, el horario laboral y las funciones de cada puesto de trabajo y, en otros, por último, resulta hasta evidente que ha existido auténtica animadversión personal.
Médicos que llevan 20,25 y 30 años o más de profesión han sido juzgados, como poco, a la ligera y en muchos casos con inquina y espíritu vengativo. Sospechamos casos en los que ha constituido una nota negativa la simple pertenencia a la categoría de Cupo y Zona, haberse negado a cambiar de estatus y defender las propias condiciones de trabajo. Facultativos conceptuados por sus compañeros como excelentes profesionales han sido juzgados negativamente. Muchos se preguntan: ¿Toda una vida profesional para este trato final?
Se lo advertimos y no quiso escucharnos. Osakidetza ha abierto la Caja de Pandora del descontento, la desmotivación, el resentimiento. Osakidetza ha producido unas heridas profundas que no van a cicatrizar fácilmente.